Que tu gato rechace el rascador, un miedo bastante común.
Comprar rascadores de gatos a simple vista parece la solución perfecta para salvar tus muebles y darle un sitio exclusivo para él y sus cosas. Pero… ¿Qué hacer si no le presta atención? Este artículo te da la chuleta para que tu gato le coja cariño a su trepador recién estrenado en un abrir y cerrar de ojos.
¿Por qué a mi gato no le gusta su rascador nuevo?
Los gatos adoran los árboles rascadores por razones provenientes de su propio instinto. Debemos partir de la base que estas estructuras les sirven para marcar su territorio, afilarse las uñas, relajarse y estirar los músculitos. Cuando compras uno nuevo no es que «no le guste» realmente. Hay que ir un poco más allá.
Si tu nueva adquisición no les gusta, puede ser por:
- Diseño no adecuado: La curiosidad de los gatos les hace sentirse atraídos por los postes altos y firmes. Aunque zonas bajas y suaves también les llaman fuertemente la atención. Analiza el tipo de rascado de tu gato antes de apostar por un tipo concreto, como una torre.
- Material erróneo: Prefieren el sisal u otras texturas las cuales les permitan rascar y afilar sus uñas. Si está completamente cubierto de felpa o material suave puede resultarles interesante para descansar pero no como superficie de rascado recurrente.
- Mal sitio: Si lo pones en un rincón apartado lejos de ventanas, luz solar o interesantes vistas… pues ya sabes. Al final nuestros pequeños necesitan sus estímulos.
¿Cómo hago para que a mi gato le encante su rascador?
Para hacerle enamorarse de su nueva zona te recomendamos fijarte en varias cosas, pero sobre todo:
- Tamaño grande y seguro: Si tu espacio lo permite asegúrate de proporcionarle un lugar en el que pueda rascar completamente estirado. Así podrán ocupar todo el espacio necesario sin miedo a balanceos inesperados.
- Textura adecuada: El sisal es su debilidad, busca cuántos más postes mejor para ofrecerles variedad y así no perderán el interés. La felpa suave y blandita también les gusta mucho, así pues asegúrate de ver si la zona destinada al descanso (plataformas o cuevas) está bien forrada de este material.
- Ponerlo “en su sitio”: Lo ideal es colocarlo cerca del mueble el cual te esté martirizando con sus arañazos actualmente, para llamar su atención. Otros buenos lugares pueden ser cerca de donde hayan bastante horas de sol o desde donde le permitas tener buenas vistas una vez trepe a lo más alto.
Estas cosas le refuerzan la idea de ver ese como “su espacio”. Recuerda siempre colocarlo donde tú lo vayas a tener visible la mayoría del tiempo y asegura su estabilidad para evitar balanceos o caídas.
¿Cómo presentarle el rascador a mi gato?
Si es el primero que le compras (sobre todo si es grande o una torre) es vital tomarse un tiempo y realizar este proceso paso a paso:
1) Los presentas poco a poco sin presionar. No lo obligues nunca, en cualquier caso. Deja a su curiosidad hacer el trabajo. Es normal al principio el hecho de sentirse ligeramente asustados o intimidados por el tamaño de la estructura, pero no te preocupes. Tarde o temprano se acercarán con sigilo a ver qué es eso tan extraño ahora formando parte de la casa pero sin moverse.
2) Usando un poquito de hierba gatera, la cual les chifla, atráelo a rascar. Esto puede no funcionar con todos los gatos, ya que a algunos el catnip les da exactamente igual. Pero si sabes que tu pequeño se vuelve loco con estas cosas, vete dejándole un rastro hacia el rascador, o coloca un poquito en la base cerca de un cilindro de sisal o la cueva. Él se encargará del resto.
3) Muéstraselo. Si no le pilla el gusto… ¡Rasca tú y verás qué pasa! Acércate a rascar ligeramente uno de los cilindros de sisal, lo suficiente como para hacer un ruido que le llame la atención. Prueba con diferentes intensidades o velocidades. Las primeras veces vendrá “a atacar” tu mano o tocar rápido e irse (son súper valientes, sí), pero cuando menos lo esperes estará él sólo enganchado ahí porque le resultará irresistible.
¿Y si sigue sin hacerle caso?
No pasa nada, dale su tiempo. Pequeñas nuevas estrategias a adoptar aquí son:
Muévelo a otro lugar si no se interesa. Tal vez esa ubicación de tu casa no le llama la atención. Prueba a cambiar el sitio a otro lugar de paso o zonas familiares que conozca bien.
Como último recurso siempre puedes dejarle unos premios cerca y reforzarle cada vez que se acerque a rascar, con piropos y tonos de voces asociados a cosas positivas.
En cualquier caso no desistas, no hace falta recordar que todos los gatitos son un poquito tozudos y prefieren marcar ellos los tiempos.
Evita que tu gato arañe tus muebles
Desde luego lo que no podemos hacer es dejar a sus instintos naturales acabar destrozando nuestro sofá o las cortinas mientras dejamos pasar un día más valorando si un rascador será una buena compra. “¿Y si no lo utiliza?” te preguntas mientras el pobre sigue arañando todo lo posible por no tener una superficie adecuada. ¡Hazte ya con el tuyo! Si lo hubieras comprado ayer, hoy tu gato ya estaría afilándose las uñas en su sitio (o al menos descubriendo la posibilidad de hacerlo) en lugar de hacerlo en tus muebles.
No hace falta una gran inversión, tienes ofertas y rascadores para gatos baratos en el mercado. De hecho puedes valorar también rascadores pequeños, muchísimo menos intrusivos para tu gato y para tu casa.
De verdad, es una inversión ganadora que merece la pena. No le des más vueltas, seguro que aciertas.
¿Qué tipo de rascador es mejor?
A la hora de elegir hay que tener en cuenta varios factores: espacio disponible, tamaño y edad del gato, nivel de actividad, materiales, marcas, cantidad de gatos en casa…
Te recomendamos pasar por nuestra Calculadora De Rascadores. Responde unas sencillas preguntas y déjanos aconsejarte la mejor opción para tu casa concreto.
Mucho más que un accesorio para gatos rascadores
¡Claro que quieres que a tu gato le guste el rascador! No solo por tus muebles y la inversión, sino por su felicidad. Por estas dudas hemos pasado todos. Recuerda elegir el adecuado y presentarlo de forma correcta y progresivamente.
Por experiencia (dolorosa) te podemos decir que ojalá nos hubiéramos decidido antes para poder salvar los bajos de un sofá de Ikea bastante apañado el cual ahora tiene que lucir con una funda, culpa de nuestra indecisión. Tu gato necesita su espacio y rascar de forma natural. Tú que no te acribillen muebles y cortinas. No esperes más y apuesta seguro con la adquisición de tu nuevo rascador.
Ya tienes un buen plan para afrontar aquello que tantas dudas te generaba. Ya estás preparado para que tu gato se enamore de su nueva zona personal.
Enlace afiliado. Más info aquí.